No tenía en casa lienzos ni ningún tipo de soporte del tamaño que necesitaba así que los hice desde cero con cartón contraencolado: pegué entre sí tres piezas de cartón de 2 milímetros de espesor que medían 4 y 1/2 por 4 y 1/2 pulgadas y, seguidamente, en todo su contorno piezas de cartón de 1/2 pulgada para darle un aspecto más limpio. Una vez  bien secos los soportes, pinté todos sus laterales con la Carrot Paint acrílica Plumb Copper de Vallejo que me encanta.

La base de estos cuatro cuadritos es la misma; de hecho, para que no pierdan coherencia y continuidad, están realizados los cuatro al mismo tiempo sobre una pieza de 9 por 9 pulgadas de un papel decorado de Heidi Swapp con un bonito estampado geométrico que, a mi parecer, combina y contrasta a la perfección con la irregularidad que, por definición, tiene el mix media.

En primer lugar di una capita de gesso blanco para preparar el papel para el posterior trabajo con diferentes materiales pero también para matizar un poquito el papel decorado. Fui aplicando tintas y acuarelas en tonos distintos de verde; teñí pintura acrílica con una tinta de Jane Davenport cuyo color (gris verdoso) no se corresponde con el que muestra la etiqueta del producto (azul cielo vibrante) por lo que, o está estropeada o se equivocaron al envasarla; de un modo u otro me encanta como queda este color errado.

Para dar textura y volúmenes apliqué gesso en mayor cantidad así como pasta con textura de arena. Algo que me gusta mucho hacer para dar un pequeño toque distinto es sobrecalentar el gesso, las pinturas acrílicas o la pasta de textura con la pistola de calor de modo que aparezcan pequeñas burbujas.